Estamos de paseo en Roma, Italia.
Apenas empieza a amanecer y de pronto nos ponemos sentimentales y empezamos a extrañar a Soldini y a su gente, en medio de una profunda nostalgia.
En el lobby del hotel hay acceso a internet.
En el navegador de la computadora portátil escribimos: www.fmequis.com. Y a los pocos instantes ya estamos escuchando y viendo a Isabel, desde Soldini, en vivo y en directo.
¿Cómo llegó hasta un lugar tan distante la señal?
¿Cómo es que podemos comunicarnos desde un lugar a otro del mundo y tan rápidamente?
La imaginación inmediatamente nos hace pensar en que estamos utilizando satélites de comunicaciones.
Pero la realidad es otra. El 99% de las comunicaciones, tanto telefónicas como de datos, en realidad se transportan por fibras ópticas tendidas como cables que descansan en el fondo del mar.
Casi UN MILLON de kilómetros de cable submarino interconectan el mundo.
Un extraterrestre, de visita ocasional por nuestro planeta, podría convencerse de que los humanos somos criaturas que nos comunicamos bajo los mares. Y no estaría del todo errado. Casi todas las comunicaciones se realizan en forma de pulsos de luz que viajan a cientos de metros bajo el agua.
La próxima vez que utilices internet, pensá en esto, imagínalo, y dejate sorprender.
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