Este lunes 3 de setiembre es el DIA DE LA HIGIENE.
Es por todos conocido que la higiene es imprescindible para evitar todo tipo de enfermedades. Según datos de UNICEF, lavarse las manos con jabón puede reducir la
incidencia de infecciones respiratorias en un 23%, como la neumonía, que
es la primera causa de muerte de niños menores de cinco años y que mata
cada año a 1,8 millones de chicos.
Asimismo, lavar convenientemente los alimentos que serán consumidos previene eficazmente contra la acción de gérmenes y bacterias.
En la Edad Media, la higiene no era algo muy popular.
Se cuenta que en esta época, la gente se bañaba una vez al año.
Los abanicos no se usaban por el calor, sino por el mal olor que exhalaba el cuerpo de las personas por debajo de los gruesos vestidos.
En algunas casas, existía una bañera enorme que llenaban de agua caliente.
El padre de la familia era el primero en entrar...
Luego, entraban en la bañera y en la misma agua los otros hombres de la casa por orden de edad.
Después, sin cambiar el agua, las mujeres, también en orden de edad.
Al final, los niños, niñas y los bebés.
En los siglos 16 y 17, como la gente no se bañaba, prosperó la industria de los perfumes.
En los palacios, reinas y damas acostumbraban ponerse esponjas perfumadas entre los muslos y en las axilas para poder suportar los malos olores.
Los cabellos se empolvaban, pero nunca se lavaban con agua y jabón.
Bajo las aparatosas pelucas de reyes y cortesanos, pululaban los piojos.
Datan de entonces una manitos de madera con mango largo. Servían para rascarse la cabeza bajo la peluca.
Eran otras épocas.
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