Otros años, justo a la medianoche que marca el inicio de un nuevo año, era tradicional escuchar un trueno ininterrumpido producido por artefactos de pirotecnia. Además el cielo se iluminaba con decenas de fuegos de artificio, cañitas voladoras y otros elementos pirotécnicos.
Esta vez, el inicio del 2013 se caracterizó por un notable silencio y un cielo apagado de fuegos de artificio. Apenas algunas explosiones aisladas y remolonas, pasados varios minutos después de iniciado el año, recordaron la fecha especial.
Evidentemente, las campañas de concientizaciòn, sumadas a los estrictos controles, y, por supuesto, los precios, hicieron que el inicio del año fuese tranquilo y silencioso.
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