Primero, fue la empresa prestadora de telefonía celular MOVISTAR. El 2 de abril de este año, casi 17 millones de usuarios quedaron incomunicados en todo el país debido a una no muy nítida falla del sistema. Este "apagón" fue el más importante desde la llegada de la telefonía celular a la Argentina en el año 1989.
Poco más tarde, el 9 de mayo, le tocó el turno a la empresa CLARO, antes CTI, quien fuera pionera en la instalación de la red celular en el país, más allá de la Capital Federal. Las razones argumentadas se basaron en la destrucción de una fibra óptica subterránea motivada por la realización de obras.
Este martes, le tocó el turno a la empresa Personal, y también al proveedor de servicios de internet ARNET. Desde poco más de las 16 horas y hasta cerca de las 19, no funcionaron ni los celulares de esa empresa ni el acceso a internet a través del proveedor Arnet.
Si bien durante el momento de la falla no se pudo conocer su origen, más tarde la empresa anunció que se trataba de una rotura de otra fibra óptica destruída por la realización de obras viales sobre la traza de la autopista Rosario-Buenos Aires, a la altura de Escobar.
En este caso, habría quedado sin servicio la región norte del país, incluido Soldini y Rosario.
Ahora solamente queda esperar cuándo será rota una fibra óptica de la empresa Nextel para quedar todos emparejados.
También queda reflexionar acerca del aparentemente "frágil" sistema de comunicaciones al que estamos acostumbrados.
Decenas de miles de personas quedaron sorprendidos y casi desesperados por no poder ni emitir ni recibir llamados ni mensajes.
Otros miles se quedaron mirando sorprendidos la pantalla de sus computadoras sin obtener respuesta de ningún servicio de internet.
Una pala mecánica, un botón mal apretado, tal vez una decisión voluntaria, pueden cambiar nuestra vida de todos los días.
¿Cómo es posible que antes del año 1989, antes de la telefonía celular en Argentina, haya existido la vida?
¿Habrá que detallar la posición de las tan sensibles fibras ópticas y comunicarla a quienes realizan obras viales o de construcción?
¿Tendremos que realizar un reaprendizaje acerca de las dependencias a las nuevas tecnologías?
¿Qué nos pasaría si por razones políticas, técnicas o de otra especie quedásemos casi "incomunicados"?
Los apagones tecnológicos nos llevan en un primer impulso a reclamar "resarcimientos", a ataques de ira, impotencia y enojo.
También nos pueden ayudar a recordar que todo lo que conocemos y tenemos puede perderse de a poco o en un solo instante.
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