En estos dìas, estar "conectado" resulta casi inevitable.
Utilizamos teléfonos celulares, tarjetas de débito, ésas con las que se cobran los sueldos, jubilaciones, pensiones y planes. También navegamos por internet. O sencillamente caminamos por la calle.
En cada acción, vamos dejando rastros que pueden ser fácilmente rastreados y analizados.
Nada más llevando encima un teléfono celular encendido, sin demasiado trámite, la empresa telefónica puede saber con una precisión de pocos cientos de metros en qué lugar estamos. Si acaso ese teléfono fuese de los que tienen conexión WIFI, la precisión es de unas pocas decenas de metros,aún cuando el WI FI no se haya conectado a ninguna red.
¿No lo creés?. Nada más mirá al pié de nuestra pàgina en el item de tìtulo experimental. Uno de nuestros móviles es rastreado esté donde esté, mientras esté encendido.
Con la tarjetita de débito, el banco puede saber en qué cajero realizaste operaciones, a qué hora, qué operación. También en qué lugar hiciste una compra y qué compraste.
Cuando caminás por la calle, sobre todo en las ciudades, infinidad de cámaras siguen tus movimientos.
Cuando navegás por internet, cada página que visitás, cada búsqueda que realizás, queda registrada.
Cuando bajás una película trucha, en realidad no lo hacés desde el anonimato. Tu proveedor de internet sabe exactamente desde dónde se hizo la descarga, a qué hora, con qué tipo de computadora. Hasta el navegador que usaste y la resolución de la pantalla.
¿Y entonces?
Entonces, el derecho a la intimidad se está desdibujando de una manera casi inevitable.
Para recobrarlo, no tendrias que utilizar más un celular. Nunca cobrar tu sueldo por cajero automático. Jamás pagar con la tarjeta de débito o crédito. Tampoco navegar por internet, ni caminar o transitar por calles principales.
La decisión a tomar: conociendo todo esto, solamente queda por decidir si pagamos o no pagamos el precio por estar "conectados". Asumamos que un "Gran Hermano" desconocido, pero omnipresente, nos vigila, o tal vez, controla en casi cada uno de nuestros movimientos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario